Wednesday, July 19, 2006

Legal Victory for SCF!

Great news from the LA Times:

South Los Angeles urban farmers scored their first victory in court Wednesday in their last-ditch effort to regain what used to be a lush community garden in a rough industrial area.

Judge Helen I. Bendix ruled that developer Ralph Horowitz could not exclude evidence about the deal he made with the city of Los Angeles in 2003.

The farmers' attorneys accuse the city and Horowitz of making a back-door deal to resell the land to Horowitz, a move they said violated their constitutional right of due process.

(...)

If a jury rules in the farmers' favor, Horowitz's land would revert to the city, and officials could then decide whether to restore the gardens.

(Unpublished) Letter to the New York Times

July 16, 2006

To the Editor:

Ginger Thompson's most recent article on the Mexican election ("Crowds Rally Again to Demand Recount in Mexico," July 17) repeatedly highlights the potential for violence that could be "unleashed" from Lopez Obrador's supporters. But it fails to acknowledge the real threat of violence if Felipe Calderon's victory is affirmed. Only Calderon actively approved of the government's violent repression in San Salvador Atenco on May 4, where police killed two youths and tortured, sexually abused, and indiscriminately arrested hundreds.

Daniel Nemser
Mexico City, Mexico

The writer has been covering the Mexican elections for KPFA - Pacifica Radio, and is a graduate student in Latin American Studies at the University of California, Berkeley.

Monday, July 17, 2006

Pictures (personal edition)

Some pictures from the last few days' jaunt to the Sierra Juarez (here's Alejandro's piece in Spanish on the trip).





This one's a little different. A compa we met in Oaxaca, who works at the Universidad de la Tierra. In the photo, from left to right, Daniel, Daniel Alejandro, Alejandro. I think this goes nicely with the picture of our friends from Agua Prieta.

Sunday, July 16, 2006

Yalalaag, Villa Alta

El tiempo pasa y no pasa, se alarga, se estrecha, se encoje, se tira boca arriba y se hace el muerto, después se lanza precipitadamente por el abismo y levanta el vuelo antes de perderse en la nada... Yalalaag: hace más de una década estaba yo sentado frente a la plaza esperando el autobus rumbo a Oaxaca, pensando precisamente cómo el tiempo se acorta y se alarga, cómo se nos va entre las manos como agua. Más de una década después y ahi estamos, Daniel y yo (fue Lucas en aquellos tiempos), y después del largo viaje, sudorosos, cansados, medio atarantados de tanta terracería, deslumbrados ante tanta inmensidad y tanta belleza, y después de la larga espera en la casa de la dueña donde nos vienen a hablar tres generaciones de mujeres, la más chica nos lleva hacia la misma casa donde hace tres lustros estuve, al mismo patio repleto de flores, al mismo cuarto, las mismas paredes, las mismas camas, como si el tiempo se hubiera detenido en la inmobilidad de ese espacio. Pero eso es acá, dentro de estas paredes, porque allá afuera el tiempo se viene saltando y dando maromas y haciendo un desmadre de los mil diablos, porque en todo esto resulta que llegó la carretera, casi casi el pavimento llega hasta acá, y las remesas, y los que van y vienen del "otro lado"... qué lado, si fuera de estas montañas todo es "otro", mundos infinitamente distantes que de repente se encuentran en el choque de culturas asíncronas, disonantes... polifonía delirante, cacofonía o quizás una nueva forma de creatividad, nuevos entendimientos. En Villa Alta el rectángulo de concreto que albergaba múltiples cuartitos separados por enclenques tablas de madera se convirtió en hotel de tres pisos, con patio central y televisión a todo volumen. Ni sombra del pasado, pero los comedores ahí están, frente al quiosco, y las montañas, el verdor, la inmensidad nebulosa... Ahora hay terminal camionera, un hospital, un puesto de gasolina. Los niños juegan futbol en el zócalo y se les unen dos adolescentes con tacones y sus mejores ropas, indecisas entre ser niñas y ser mujeres. Cuántos aquí han ido y han regresado: Ohio, California... Don José nos cuenta que su hijo está en San Diego, y le ofrezco llevarle una carta. De manera que más tarde nos encontramos en el minúsculo cuartito donde Doña Cecilia nos ofrece pepitas y don José me explica trabajosamente lo que quiere que le ponga en la carta, en un idioma cargado de zapoteco, en un idioma que habla de otro universo, de otro tiempo, de otro pensar... Y la plática es triste, por el descompaso de los tiempos. Que por qué nunca le habla su hijo, para poder contarle del terrenito, pa decirle que se venga ya para construir su casita y preparar la milpa, pos ni modo que se la pase toda la vida sin su casita, sin su milpa... Ahi se fue hace tiempo don José a San Diego, ve tú a saber cómo fue que llegó hasta allá, con qué dinero cruzó, cómo diablos encontró a su hijo, si ni leer sabe el hombre, si no entiende de direcciones ni de ciudades y mucho menos de lo que es ese monstruo llamado Otro Lado... Pero el hijo le pidió que no se quedara, que cómo se iba a quedar, que se regresara para su tierra, para Oaxaca, para Villa Alta, para su mujer y su milpa, para el fin de mundo en la sierra donde está la tierra, la raíz, el orígen. Me ofrecen mucho dinero por el terreno pero yo no lo vendo, nos dice, porque la tierra no se vende. La tierra no se vende. La tierra es vida. Es vida. Y es para el hijo que no va a regresar, que vive en San Ysidro, que tiene cuatro hijos nacidos en el lado de allá, que tiene su vida lejana... Don José y Doña Cecilia nos regalan su hospitalidad, su corazón, su silencio, y nos vamos cargados de agradecimiento y tristeza... Noche insomne: soledad lucha pobreza injusticia los tiempos que se dilatan y se contraen cambios permanencias posibilidades perplejidades zapatismo lucha lucha y la familia desgarrada intolerancia mano dura yo yo privilegios egoismo y dónde quedó la compasión dónde dónde quedó dónde quedó adónde se fue dónde dónde... , Amanece brumoso el día, en la mañana pésimo café y excelentes tortillas y amabilidad oaxaqueña y despedida de la sierra, siempre la sierra, siempre el adiós y el retorno... y en la bruma, la lluvia, el lodo, cañadas, bosques y soledad, la moto ruge en el verde silencio hasta que se despeja el cielo y aparece la inmensidad recién lavada de la sierra mixe y un changarrito de madera y un café y pan dulce y un jardín florido y el descenso rumbo a la urbe y el impetuoso quehacer de los hombres...

Pictures


Nice juxtaposition between people eating in the portales and the slogans of the planton in the background.

Alternative, independent "radio," adherents to the Other Campaign, blasting into the zocalo.

For the tourists...

Oaxacan graffiti.

New Article on SCF / Nuevo artículo sobre la Granja Sur Central

Check out my article on the South Central Farm, published by CIEPAC. (Versión en español aquí -- Muchísimas gracias a Miguel Pickard por su ayuda editorial y de traducción!)

Thursday, July 13, 2006

La Comuna de Oaxaca (?)

Caminamos ingenuamente de la rústica posada donde nos alojamos rumbo al centro por las calles coloniales de esta querida Oaxaca, ciudad de tantas visitas anteriores, ciudad de hospitalidad y resistencia, de orgullo y amabilidad, de un pueblo sereno, profundo, abierto y al mismo tiempo impenetrable; ciudad de arquitectura espléndida y de sincretismo barroco, de música y poesía.

Pero digo que ingenuamente caminamos porque, aunque Hermann ya nos había contado, con exaltada elocuencia, lo que los maestros y la sociedad oaxaqueña está haciendo aquí, lo extraordinario de todo esto de alguna manera no registró, las palabras se quedan atrapadas en los vericuetos de la abstracción y de alguna manera no penetran la coraza de la realidad. Pero entonces llegamos a las barricadas, frágiles barreras de lámina y, en algunos lugares, nada más que simbólicas, cordones que ninguna resistencia podrían oponer a una invasión policial. Pero transponer el umbral es como entrar (o por lo menos así lo fue para nosotros) en una especie de territorio liberado oaxaqueño, donde expresiones de repudio al sistema político y de conciencia social, ausentes en el resto del territorio mexicano, florecen en el arte, en los murales, en las pancartas y lonas, en los videos y la música que venden los ambulantes, en las conversaciones de los miles de profesores y miembros de la sociedad civil que se han instalado en el zócalo y en las calles aledañas... Anarquistas, marxistas, zapatistas, sindicalistas, ONGeros, maestros y maestras, amas de casa, trabajadores, vendedores ambulantes, etc., ocupan el centro con un ambiente festivo donde la palabra fluye, donde la censura existe apenas en la forma agazapada de los policías clandestinos, los orejas, los mirones que por ahí andan infiltrados y que todos reconocen.

En los siguientes días platicamos con maestr@s, activistas, académic@s y demás. Escuchamos las historias de la represión del 14 de junio, cuando, a las 4 de la mañana, 2000 a 2500 policías invadieron el centro de la ciudad en un operativo violento diseñado no sólo para desalojar el centro, sino para instigar el miedo, muy al estilo de Atenco, aunque ciertamente de proporciones más limitadas (seguramente debido a la ausencia de la policía federal). Uno de los primeros blancos de la represión fue Radio Plantón. Les cayeron pesado a los compas, lo que no destruyeron se lo robaron, y se llevaron presos a tres de ellos, con sus buenos macanazos. A los miles de personas que estaban en el plantón los dispersaron a base de golpes, humillaciones y gases lacrimógenos. Nos cuentan del aborto de una maestra embarazada, y de la muerte de por lo menos un niño, aunque los testimonios de muerte son ambiguous y nadie sabe exactamente si los hubo.

Fuimos a Radio Plantón con la intención de entrevistarlos; pero nos voltearon la cosa y termiaron entrevistándonos a nosotros, en un programa en vivo de una hora, en la cual fluyó el intercambio entre Radio Zapatista y Radio Plantón. Dos días después estuvimos también en un programa de Radio Plantón con los compas de Banda Ancha, un programa de la banda de la UniTierra, irreverentes y desmadrosos... geniales.

Escuchen el programa de Radio Plantón y Radio Zapatista.

South Central Farm

Yesterday the farmers went to court:

LOS ANGELES -- The battle over the South Central Farm moved to court Wednesday, with a judge hearing arguments on whether a trial should be held in a lawsuit over the city's 2003 sale of the land to developer Ralph Horowitz.

The farmers filed a class-action suit against the city of Los Angeles and Horowitz in February 2004, arguing the sale should be nullified on grounds that there was no prior public notice.

The farmers claim in court papers they might have been able to raise funds to buy the land themselves had they known the land was available.
It seems like it's still too soon to tell anything, but in the meantime there's a fantastic new article, full of details, up at the SCF website. If you've got any questions about any part of the farm struggle, check it out.

Thursday, July 06, 2006

La Plenaria

El día después de llegar fuimos a la reunión de la Asamblea Metropolitana de la Otra Campaña, donde decidieron entregar una propuesta para hacer una marcha el día 2 de julio, el día de la elección. Nos sentíamos un poco incómodos con esto, porque nos habían comentado que era ilegal hacer cualquier tipo de acción “que impidiera el proceso electoral” y que el ejército estaría presente para “mantener la calma.” Y la verdad es que no vimos la manera en que se tomó esta decisión, aunque luego nos comentó John Gibler de que fue una minoría estudiantil que había forzado el voto sobre la marcha donde salieron ganando, sin que hubiera consenso. Siempre sabíamos que no hubo consenso, pero no exactamente cómo se tomó la decisión.

La propuesta de hacer una marcha era exactamente ésta: una propuesta. La idea era que la propuesta tenía que llegar a la Asamblea Nacional, junta con otras propuestas sobre acciones posibles para, en las palabras del Subcomandante Marcos, “irrumpir” (o, como luego explicó, aparecer) en el calendario electoral. Pero no ocurrió así. De hecho, después de la decisión de la Metropolitana empezaron a circularse volantes llamando al pueblo a la marcha planeada para el 2 -- como si ya la hubiera aprobado la Asamblea Nacional. Incluso durante un evento en la UAM-Xochimilco, el moderador, al presentar al Delegado Zero, también mencionó que iba a haber la marcha, y Marcos no lo contradijo. No dijo nada. Y todo esto, pues, antes de que la Asamblea Nacional ni siquiera hubiera comenzado.

No obstante todo esto, la propia Asamblea fue muy interesante. Un experimento en la democracia participativa, y lo fascinante es que todos sabemos que la Otra Campaña es un proceso y que complicaciones deben de esperarse. La idea, sencillamente, es que vamos a superarlas.

La cuestión es cuándo.

La primera parte de la Asamblea estaba dedicada a los informes de los diferentes estados del país (y también el otro lado), además de reportes sectoriales (mujeres, indígenas, trabajadoras sexuales, hasta niños incluso dieron ponencias). Ocupó más o menos todo el primer día, pero con apenas 30 minutos quedando la mesa decidió tomar una decisión sobre la marcha del 2 de julio. Casi nadie escuchaba las propuestas, de que no había muchas, y no había tiempo para ningún tipo de debate. Efectivamente forzaron un voto y, parecido a la manera en que se tomó la decisión dentro de la Metropolitana, igual ocurrió en la Nacional.

Al día siguiente, una gran variedad de gente se levantó a reclamar este proceso. Manifestaron su desacuerdo con estos procedimientos y trataron de meter algunas otras propuestas. Con estos reclamos también empezaron contrareclamos y todo esto ocupó mucho tiempo, hasta la hora de la comida. Luego del almuerzo, el sup se puso a hablar, criticando también la influencia no representativa del DF y el Estado de México en la reunión, pero tampoco cuestionando la decisión de hacer la marcha. Sin embargo, metió su propia propuesta para la marcha, jugando un papel interesantísimo entre líder autoritario y, para usar un término que nos explicó Rodrigo Ibarra, un “anciano” que busca alternativas incluyentes que faciliten la conciliación de la comunidad. O sea que la propuesta del Delegado Zero nunca cuestionó la marcha, pero al mismo tiempo pidió que los bloques regionales se reunieran para escribir el texto que se iba a leer en el Zócalo al día siguiente, y también que eligieran las personas que lo iban a leer. Desde luego, la figura moral de Marcos consiguió un casi consenso, aunque había borrado varias contrapropuestas que andaban por allí. Y la verdad es que, para mí, las reuniones en bloque fueron la parte más chida, porque facilitó la participación de las personas que aún no habían ofrecido sus comentarios y sus voces dentro del auditorio enorme. Nos pusimos las pilas y empezamos a trabajar, democráticamente y de abajo… pero impulsados por el “líder” (o anciano). Una tensión fascinante.

Y después de todo esto, la marcha estuvo buenísima, muy divertida, llena de movida, y empoderadora. Sin problemas por parte de la policía. Hay algunas fotos aquí, y tal vez vienen más. Y a ver que dice Alejandro...

La Marcha del 2 de Julio

Aqui van algunas fotos de la marcha...



El Defectuoso

Voy a dividir las entradas sobre el D.F. en varias partes, para no agobiar a nuestros humildes lectores. Aquí va la parte más turística, digamos.

A estas alturas llevamos más o menos una semana y media en el D.F. La ciudad sigue igual, enorme, agobiante, llena de movida, divertidísima. Sin embargo, la entrada a la ciudad no fue tan espectacular como me la imaginaba, como nada más llegamos a Ciudad Satélite, en el Estado de México al norte del propio defectuoso. Lejos de todo. Demasiado lejos. Así que nos mudamos después de varios días más para el centro, en la colonia Roma. A partir de allí, cambiando frecuentemente de casa por factores externos (como por ejemplo el hecho de que venció el alquiler de una amiga en donde nos quedabamos), un desmadre con todas las cosas de la moto...

... y la moto. Ésta es otra historia. Resulta que el ventilador que compramos en Tucson ya hace casi un mes no resolvió el problema. Ahora hasta el motor de ventilador tenemos que cambiarlo. Entregamos la moto al mecánico hace una semana, y por lo visto está lista para recoger hoy.

Hemos conocido a un montón de gente super buena onda, igual que el resto del viaje pero como todo el mundo que habíamos conocido venía para acá de todos modos, es hasta más chido el ambiente ahora. El D.F., sobre todo ahora con la Otra en plena marcha, ha servido como una especie de imán que atrae a toda la gente chida metida en la misma onda. Incluso la gente que conocíamos en el “otro lado” ha venido. Por ejemplo, los últimos días hemos estado quedando en el departamento de un amigo que conocimos en Arizona durante la caminata, buenísima onda.

También, viejos amigos. No toda la banda junaxera pudo venir, pero por lo menos algunas personas: Ion, Moni, Ceci, Vanessa, y yo pudimos vernos y tomar unas chelas. Sin berenjenas, pero ni modo. Y la mamá de Alejandro ha venido a visitar, y para él ha sido muy bueno verla.

Total que el regreso al monstruo ha sido genial.

South Central Farm Update

At the Asamblea Nacional in Mexico City, I interviewed Debbie X., from L.A., who collaborates with the farm. She passed on some fascinating updates.

We know that the farmers were officially evicted on June 13 by a group of police, private security guards, and bulldozers that arrived at the behest of land speculator Ralph Horowitz, who wants to turn the farm into a warehouse for Wal-Mart. The question we have to ask now is if, and how, the farmers are continuing the struggle.

According to Debbie, they’re not giving up. First, the vigils outside the farm continue. At the plantón, there are perpetually 20-50 people there around the perimeter of the fence, 24 hours a day. The farmers are still holding their Sunday farmers’ market (although noone I talked to seems to know exactly where the produce is coming from). What’s even more interesting is that they’ve begun to cultivate the strip of land just outside the fence, as a way of maintaining the farm and its culture even after being violently ejected from the original space.

This brings me to another issue. On hearing about the bulldozers, I’d imagined that the farm had been completely destroyed. But Debbie says no: “It’s definitely still there.” Parts have been razed, it seems, but other areas remain just as they were before the eviction. The point is that the farm is recoverable, that there hasn’t been permanent damage.

Farmers have also salvaged seeds from their plots. The crops under cultivation, mainly Mesoamerican plants less common in the U.S., represent not only a source of food, income, and culture, but also an ecological heritage and a form of resistance against biotech giants like Monsanto and Novartis. And, to further link the farm with the Other Campaign, seeds have apparently been sent to Atenco for productive safekeeping.

Finally, Debbie highlighted two more strategies of resistance. First, as we’ve already seen, there’s a court date on July 12, when lawyers for the farm will launch a lawsuit against Horowitz charging that the way he acquired the land from the city was illegal. But there’s another strategy, which is an application to have the city officially recognize the farm as a historical monument. Alone, this probably wouldn’t work, and Debbie admitted that the city thinks it’s a “joke.” But the idea is that in combination with these other avenues of resistance, the city may have to back down.

More information from the South Central Farmers here.